miércoles, 26 de enero de 2011

PUNTA RASA San Clemente del Tuyu



El extremo sur de la Bahía Samborombón, Punta Rasa y el Cabo San Antonio, por sus características geográficas y su ecosistema, son lugares únicos en el mundo. 

Muy pocos lugares tienen el privilegio de gigantescas concentraciones de aves en migración. Cada primavera miles y miles de aves provenientes de remotas regiones como ser Alaska, Canadá o la Península de Labrador, vienen a recalar aquí, luego de haber viajado más de 10.000 km.

Además es una zona donde constantemente aparecen pingüinos, pinnípedos y cetáceos que enfermos o desorientados quedan atrapados en las traicioneras aguas de la desembocadura del Río de La Plata. En tal sentido la experiencia adquirida es amplia, ya que se han producido muchos rescates de animales en estas condiciones, sobre todo de pingüinos empetrolados, los cuales son recuperados para su posterior suelta en el mar
Punta Rasa es más que un lugar de visita para muchos animales. La forma en que se interna como una plataforma en el oceano, es una suerte de tabla de salvación para muchas especies de animales, que ya sea que esten enfermos o heridos, o solamente debiles después de largas travesías, se acercan a la costa para curarse o recuperar énergia.

Pero no todo es tan fácil. Las amplias playas de la zona, de poca pendiente y propensa a formar bancos, con la complicidad de la marea, puede ser una trampa para algunos cetáceos. Grandes superficies que aparecen totalmente anegadas, en pocas horas, pueden estar completamente secas. En muchos casos ya es tarde.

En el caso de los pinnípedos, al estar heridos o enfermos buscan el refugio de la playa para curar sus heridas y muchas veces pasan a ser victimas de otros depredadores. Ni hablar del ya comentado caso de los pingüinos empetrolados.

Pero gracias a Dios existen personas e instituciones que se preocupan por estos animales, que se dedican a rescatarlos y a curarlos, y otras que se encargan de estudiar las aves migratorias para preservar los hábitat en donde residen. Nos referimos a la "FUNDACIÓN MUNDO MARINO" y a la "FUNDACIÓN VIDA SILVESTRE ARGENTINA" y a otros organismos como el "SERVICIO DE GUARDAPARQUES DEL PARTIDO DE LA COSTA".
Debido a las particulares condiciones del suelo, muy heterogéneo y sometido al continuo flujo de las mareas y a procesos de acumulación sedimentaria tanto como de erosión de carácter hídrico, la vegetación se presenta en forma de un complejo mosaico en el que se han reconocido unas siete comunidades vegetales. Las más características son los pastizales naturales (dominados por pastos duros y resistentes a los altos contenidos de sal como los espartillos del género Spartina), pequeños bosques de tala (Celtis tala), las praderas de jume o Salicornia (también conocidos como "cangrejales"), los mosaicos palustres de las lagunas y bañados.

Las críticas condiciones ambientales de la zona, en particular sus limitaciones en materia de suelos y disponibilidad de agua dulce, la convierten en un rincón extremadamente marginal para la actividad productiva tradicional en la región (agricultura de cosecha y ganadería de cría e invernada)

En la zona no es mucha la existencia de árboles, salvo en donde, la Armada Argentina, en la década del 50, decidió hacer una base naval. Esta relleno la zona y comenzó a forestar. Así nace el bosque donde hay más de 40 especies de árboles, algunos autóctonos y otros exóticos. En este lugar se encuentra el Faro San Antonio.

Como fauna terrestre podemos encontrar liebres, hurones, carpinchos, comadrejas, zorros grises, cuises y distintos tipos de víboras y culebras.
Punta Rasa siempre se ha destacado por ser el lugar que muchas aves migratorias utilizan como pista de aterrizaje después de sus largas travesías. Cansadas y enflaquecidas, intentan reponer energias antes de seguir su derrotero, algunas deciden quedarse y esperar el tiempo de volver al lugar de nidificar y mantener la especie. Otras son residentes permanentes del lugar o realizan pequeñas migraciones internas. En todos los casos, rescatamos en esta sección, a aquellas aves tipicas de ambientes marinos o que por la problemática que presentan como en el caso de los pingüinos, visitan nuestras playas.

Nadie sabe bien por qué, pero un día se van. Y lo hacen rápido, como huyendo. Como si volaran sin rumbo, como si la vida estuviera en otra parte. En realidad, pequeñas pero decididas, solo cumplen con el rito que les da la credencial de aves migratorias: volar de un extremo a otro del mundo una vez por año. Así hasta que se mueren. Estas aves, viajan con el mismo recorrido desde hace miles de años.

Una de las explicaciones para este rito tiene que ver con las glaciaciones, esos periodos antiguos (más de 700 mil años) en que grandes porciones del planeta se cubrieron de capas heladas. Al parecer, las aves que poblaban el mundo en el hemisferio norte no soportaron la temperatura y la falta de alimento. Su instinto de supervivencia, entonces, se hizo presente y las obligo a mudarse de prepo. Las temperaturas no castigaban tanto en el hemisferio sur y eso fue suficiente. No importo la cantidad de kilómetros a recorrer.
 Fue un verdadero peregrinaje que quedo grabado en la memoria de la especie. Por ese motivo, explican algunos etólogos (estudiosos del comportamiento animal), algunas aves adoptaron ese habito para siempre y se convirtieron en migratorias. Y todavía lo son. Por los siglos de los siglos, seguramente.
                                                                                                   Por Juan José Alarcón













sábado, 22 de enero de 2011

Felis silvestris catus

Es un pequeño mamífero carnívoro de la familia Felidae. El gato está en convivencia cercana al hombre desde hace unos 9.500 años,[1] periodo superior al estimado anteriormente, que oscilaba entre 3.500 y 8.000 años.
Los nombres actuales más generalizados derivan del latín vulgar catus, palabra que aludía especialmente a los gatos salvajes en contraposición a los gatos domésticos que, en latín, eran llamados felis.
Hay docenas de razas, algunas sin pelo o incluso sin cola, como resultado de mutaciones genéticas, y existen en una amplia variedad de colores. Son expertos depredadores que cazan más de cien especies diferentes de animales para alimentarse. También son animales que pueden asimilar algunos conceptos, y ciertos ejemplares pueden ser entrenados para manipular mecanismos simples.
Se comunican con gemidos, gruñidos y alrededor de un centenar de diferentes vocalizaciones, además del lenguaje corporal.
Se cree que el gato salvaje africano (Felis silvestris lybica) es su ancestro más inmediato.
Sin embargo, al tratarse de una subespecie puede intercambiar —y de hecho lo hace— material genético con otras subespecies de Felis silvestris. Se ha detectado hibridación con el gato montés europeo. Esta hibridación masiva se considera la principal amenaza para la conservación de las variantes salvajes. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
También, de forma excepcional, se han obtenido híbridos fértiles con gatos salvajes fuera de especie F. silvestris; en la década de los 60 la criadora Jean Mill comenzó un programa de cría cruzando gatos domésticos con un ejemplar hembra de Prionailurus bengalensis, obteniendo tras diversos cruces la actual raza de gato bengalí.

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