viernes, 15 de abril de 2011

La Oroya (Perú)

Desde el año 1922, los niños y adultos de esta ciudad peruana han estado expuestos a las emisiones nocivas de una fundición propiedad de la corporación estadounidense Doe Run. Los principales contaminantes detectados son plomo, cobre, cinc y dióxido de azufre. Las emisiones de este último producto quí­mico son diez veces superiores a lo aceptado por la Organización Mundial de la Salud. Los niveles de plomo en la sangre de los niños de hasta seis meses de edad son tres veces superiores a la máxima aceptada, acarreando graves consecuencias sanitarias. La corporación Doe Run es la principal generadora de puestos de trabajo de la región y ha utilizado sus influencias para acallar las voces que denuncian la contaminación del agua y los suelos debido a su actividad.

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